Hace unos momentos acabo de colgar con el huésped de la 106, es un señor simpático, que viene seguido al hotel donde laboro; me pidió que por favor lo despertara a las 6 de la mañana por que, me dijo, tenía que salir temprano hacia Querétaro… es un buen tipo el huésped de la 106.
Hoy llegando al hotel, me encontré con la noticia de que un par de horas antes había hablado alguien, para avisar había aquí una bomba a punto de estallar, -ya la policía revisó el hotel- nos comentó mi jefe, no encontraron nada extraño, salvo un vehículo sin placas, que al parecer no pertenece a ningún huésped o trabajador de aquí y al cual revisaron el numero de serie, al parecer estaba “limpio”, además los elementos de seguridad pública se van a estar dando sus vueltas durante toda la noche… Le faltó aclarar que las vueltas que se darían serían sobre su propio eje, por que aquí ya son las tres de la mañana, y nadie se ha parado.
Se nos pidió discreción, que no comentaramos nada con huésped alguno o incluso con el personal de recepción del siguiente turno “se pueden poner nerviosos, no queremos desatar el pánico, finalmente lo más probable es que sea una falsa alarma, una broma de mal gusto”. Eso dijeron los dueños del hotel donde trabajo, y eso dijeron las autoridades, incluso se siguieron recibiendo huéspedes “pa no perderle, últimamente las cosas están muy mal”.
Y es que, ¿como va uno a creer que estas cosas pasen en Aguascalientes?, una ciudad que los últimos meses ha fungido como trinchera de la lucha por el poder entre carteles de drogas, en la que hace dos meses teníamos al ejercito en lugar de la policía, por que ni en las autoridades se puede confiar, una ciudad donde mientras raptan, roban, y matan, se gastan los recursos públicos para celebrar un aniversario más de la fundación de la tierra de la gente “buena”, ¿Cómo va a pasar eso aquí? Esas cosas pasan lejos, lejísimos, en Michoacán por ejemplo, pero aquí no.
Yo personalmente creo también, que esto no es cierto, que algún imbecil sin vida esta haciendo una broma de pésimo gusto aprovechándose de la actual situación de pánico que se vive, pero creer eso ni a mi, ni a nadie, nos da derecho de jugar al tahúr con la vida de la gente, ¿quien les dijo a esta bola de inconcientes que podían decidir por los demás si es seguro o no quedarse en algún sitio?
Por lo pronto yo callado no me quede, acudí a quien creí correcto y ahora ejerzo mi derecho de libertad de expresión, por lo pronto la noche sigue igual de fresca, por lo pronto mi familia sabe que estoy bien y por lo pronto el huésped de la 106 sigue dormido, sin pensar siquiera que esta noche pudo haber sido su última noche.
Pero recuerden: Esta bien que chinguen, ¡pero a su madre que la respeten!
Y ya.